lunes, 19 de noviembre de 2007

El Rotativo, 18 de noviembre de 2007, pag. 14

Acoso a la Conferencia Episcopal: Malos tiempos para la libertad de expresión en España.
Cadena COPE: ¿Somos libres?

La campaña de insultos y presiones que la cadena COPE está sufriendo estas semanas indigna, pero no sorprende. Viene ocurriendo desde hace más de dos años.

Poco después de que Joan Puig, diputado de ERC, asaltara el domicilio de veraneo de Pedro J. Ramírez, alegando que “invadía terreno público”, Artur Más declaraba que la actitud informativa de la Cadena COPE sembraba la discordia por doquier; el magistrado Carlos Fanlo escribía en 20 Minutos que el director del programa La Mañana era un abyecto y un coprófago, y que Terra Lliure tendría que haberle disparado al corazón, para demostrar que no lo tiene; Carod Rovira acusó a la mencionada emisora de atacar a Cataluña. Justamente ese fue la excusa por el que el Consejo Audiovisual de Cataluña intentó cerrar las emisoras de COPE de esa Comunidad. Ese mismo mes, Alfredo Pérez Rubalcaba acusó a la cadena de enviar “mensajes que incitan al odio, a la división y a la confrontación”. Lanzaba estas palabras al tiempo que Joan Tardá (ERC) supervisaba las manifestaciones de las juventudes catalanistas en las calles de la emisora, encadenándose ante sus puertas.

Si esto ocurría en el 2005, un año después Juan Luis Cebrián repetía hasta la saciedad que Jiménez Losantos y los periodistas de El Mundo eran “unos voceadores de mierda”. Rabieta que pareció durarle hasta el verano de este año, cuando, al desestimar un juez su querella a Losantos por difamación, la emprendió contra el magistrado acusándole de siniestro y desvergonzado, a través de las páginas de su diario El País.

El 30 de Septiembre, iniciando la campaña de acoso de esta temporada, el director del ABC José Antonio Zarzalejos dedicó portada, editorial y cuatro páginas de su diario a atacar a COPE y al director de La Mañana.

La maniobra trascendió hasta límites inauditos, cuando el director del programa La Linterna, César Vidal, recibió una llamada anónima en la que se le insultaba y amenazaba de muerte. Dos días después, el 4 de noviembre, Rodríguez Zapatero hacía un llamamiento a la Conferencia Episcopal, mediante el periódico Público, para que “controlara” su cadena de radio. Hace unos días, el oscense José Antonio Durán y Lleida criticó que los obispos no fueran capaces de “abortar una emisora que crea discordia”.

No podía faltar la opinión de Iñaqui Gabilondo, que acusó a Cope y al diario El Mundo de hacer mucho daño a este país, y que se trataba de una vergüenza, un deshonor y un escándalo para la profesión, aprovechando estas declaraciones para culpar de la falsa noticia -que él mismo anunció- de los suicidas del 11M a una redactora.

La dirección de la cadena, ante estos repetidos ataques, emitió un comunicado en el que expresaba su apoyo a sus trabajadores, periodistas y directores de programa, opinando que están realizando un gran trabajo, utilizando para ello su libertad de expresión.


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