martes, 30 de octubre de 2007

El Rotativo, 29 de Octubre de 2007 - pag. 12

EL PLAN IBARRECHE VUELVE A PRIMER PLANO
El lendakari vuelve a la carga con su plan secesionista

Hace escasamente dos semanas, el principal responsable del gobierno autónomo vasco se reunió con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa para presentar la versión 2.0 de su plan de libre asociación del pueblo vasco, con el claro propósito de salir de la reunión con el visto bueno a su propuesta de referendo, sobre la que viene insistiendo desde hace cuatro años. Los resultados de este encuentro son, al menos, ambiguos.

La primera vez que el lendakari dio a conocer su proyecto soberanista fue en septiembre del 2003, ocasión en la que expuso, en el parlamento vasco, que la negociación al respecto debería concluir con una consulta a la sociedad vasca, en ausencia de violencia. Un año después, el gobierno vasco aprobó la propuesta del Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi, comúnmente conocido como Plan Ibarreche. El texto atribuía la independencia de hecho a las provincias vascas a la vez que obligaba al resto de España a respaldar económicamente sus gastos y a asegurar su presencia en la Unión Europea. El Plan Ibarreche fue rechazado en el Congreso de los Diputados el 1 de Febrero de 2005, aunque en abril de ese mismo año, el gobierno socialista eliminó la reforma popular del Código Penal que ofrecía los instrumentos legales para impedir la convocatoria ilegal de referendo que el lendakari amenazaba con realizar.

Durante el tercer trimestre del 2006, el presidente del PNV Josu Jon Imaz, se sumó a las negociaciones que estaba manteniendo el PSOE con varios miembros de la organización terrorista ETA, en el Santuario jesuita de Loyola (Guipúzcoa). El partido nacionalista no se mostró dispuesto a aceptar la fecha tan tardía que PSOE y ETA decidieran para convocar el referendo, el 2010, por lo que se frustró la iniciativa de constituir una mesa de partidos en la que participaran ETA, PNV y PSOE.

A mediados de este año, y sin consenso previo con su partido, Ibarreche dejó entrever sus intenciones de convocar una consulta popular sobre el futuro del país vasco con o sin acuerdo del gobierno central. Es más, ya no consideraba requisito indispensable la ausencia de violencia. La oposición del presidente del ejecutivo del PNV no consiguió disuadirle y, dos semanas después de provocar la dimisión de Imaz, anunció que el referendo tendrá lugar el 25 de octubre de 2008.

Aunque todos los indicios llevaban a pensar que el sucesor de Imaz, Íñigo Urkullu, defendería la línea menos extremista del PNV como su antecesor, el actual presidente nacionalista ha respaldado la iniciativa del lendakari alegando que se trata de un “ejercicio de voluntad política” para intentar resolver el “conflicto” vasco.

El presidente del gobierno Rodríguez Zapatero ha negado rotundamente, tras su encuentro con el líder secesionista, y a pesar de las declaraciones de éste, que se vaya a realizar tal consulta, incluso no admite que exista la propuesta de soberanía como tal –el presidente la califica de “mera idea”– y sostiene que no recurrirá al artículo 155 de la Constitución Española, que permite la suspensión de las competencias autonómicas, aunque la iniciativa nacionalista lograra abrirse camino.

Habrá que esperar a conocer el resultado de las próximas elecciones generales en Marzo del 2008, para entrever los efectos de esta iniciativa en la política territorial del gobierno de España.


Artículo publicado

martes, 9 de octubre de 2007

El Rotativo, 8 de Octubre de 2007 - pag. 12

Futuro incierto para el Partido Nacionalista Vasco
Compás de Espera en el PNV a falta de elegir nuevo presidente

Este ha sido un año polémico para el Partido Nacionalista Vasco. El pasado 12 de septiembre, tras cuatro años de discrepancias, y presionado por el sector más radical de su grupo, Imaz anunció su decisión de dimitir como presidente de su agrupación.

Las voces nacionalistas se alzaron contra Josu Jon Imaz tras la publicación, a mediados de Julio, de su artículo “No imponer, No impedir” en el diario El Correo, en el que expresaba su disconformidad con el referendo propuesto por el lehendakari Ibarreche, mientras ETA no abandone las armas, y no haya un acuerdo previo con el Gobierno Central. Sus declaraciones fueron duramente criticadas incluso por los miembros más moderados del PNV, que creyeron contraproducente airear en la prensa las posturas encontradas del partido.

Mes y medio más tarde, Ibarreche reiteró que el referendo se realizaría en cualquier caso, en el plazo de un año. Este anuncio, claro signo de provocación hacia Imaz, recibió el apoyo de la vertiente más independentista, encabezada por Egibar y el histórico Javier Arzalluz. Comienza así un periodo de reproches y amenazas recíprocas, que ha culminado en un fracasado intento de conciliación entre ambas posturas. El 10 de septiembre el PNV presentó el borrador de su ponencia política, donde se incluye la posibilidad de que el Gobierno Vasco convoque unilateralmente el referéndum de autodeterminación. Imaz ha reaccionado presentando su dimisión mediante una carta abierta titulada “Apostar por el futuro”, en la que asegura que con su marcha pretende evitar una nueva escisión en el PNV como la acontecida en 1984, que tendría como consecuencia una mayor radicalización e inestabilidad en el panorama político vasco.

Aunque en los partidos mayoritarios, PP y PSOE, la perplejidad y la preocupación han sido las reacciones más destacables, el PNV ha declarado en boca de Arzalluz y Anasagasti que a pesar de resultar una gran pérdida, esto no cambiará en absoluto la trayectoria del grupo nacionalista. Algunos medios creen que este cambio político podría acabar con la ambigüedad que siempre acompaña al partido. Otros piensan que se trata de una maniobra política de Imaz para ceder su puesto a su mano derecha, Urkullu, y presentarse al cargo de Lehendakari.

Hay quien teme una radicalización del Partido Nacionalista, a pesar de que el representante del sector más extremo, Joseba Egibar, anunció el 18 de septiembre que no presentaría su candidatura a la presidencia. Los que menos, confían en que Íñigo Urkullu sucederá a Josu Imaz, y que seguirá el camino trazado por éste.
En todo caso, habrá que esperar a diciembre, cuando sea elegido el nuevo presidente ejecutivo en Asamblea General, para conocer el rumbo que tomará el partido.


En el seno del PNV cohabitan dos claras tendencias, una de ellas, la más moderada, ha estado representada hasta su dimisión por Josu Jon Imaz, (seguido de Íñigo Urkullu). Proponen una soberanía compartida con España y Francia; asimismo, creen necesaria la desaparición de la banda terrorista ETA y un consenso con el Gobierno Central para poder realizar un referéndum (sobre la libre determinación del pueblo vasco). Por otro lado, una vertiente más radical con representantes clave como Ibarreche y Arzalluz, busca la total independencia, y considera que el pueblo vasco tiene derecho a decidir, y que un desacuerdo con Madrid no debe impedir una “consulta al pueblo vasco”.


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