martes, 9 de octubre de 2007

El Rotativo, 8 de Octubre de 2007 - pag. 12

Futuro incierto para el Partido Nacionalista Vasco
Compás de Espera en el PNV a falta de elegir nuevo presidente

Este ha sido un año polémico para el Partido Nacionalista Vasco. El pasado 12 de septiembre, tras cuatro años de discrepancias, y presionado por el sector más radical de su grupo, Imaz anunció su decisión de dimitir como presidente de su agrupación.

Las voces nacionalistas se alzaron contra Josu Jon Imaz tras la publicación, a mediados de Julio, de su artículo “No imponer, No impedir” en el diario El Correo, en el que expresaba su disconformidad con el referendo propuesto por el lehendakari Ibarreche, mientras ETA no abandone las armas, y no haya un acuerdo previo con el Gobierno Central. Sus declaraciones fueron duramente criticadas incluso por los miembros más moderados del PNV, que creyeron contraproducente airear en la prensa las posturas encontradas del partido.

Mes y medio más tarde, Ibarreche reiteró que el referendo se realizaría en cualquier caso, en el plazo de un año. Este anuncio, claro signo de provocación hacia Imaz, recibió el apoyo de la vertiente más independentista, encabezada por Egibar y el histórico Javier Arzalluz. Comienza así un periodo de reproches y amenazas recíprocas, que ha culminado en un fracasado intento de conciliación entre ambas posturas. El 10 de septiembre el PNV presentó el borrador de su ponencia política, donde se incluye la posibilidad de que el Gobierno Vasco convoque unilateralmente el referéndum de autodeterminación. Imaz ha reaccionado presentando su dimisión mediante una carta abierta titulada “Apostar por el futuro”, en la que asegura que con su marcha pretende evitar una nueva escisión en el PNV como la acontecida en 1984, que tendría como consecuencia una mayor radicalización e inestabilidad en el panorama político vasco.

Aunque en los partidos mayoritarios, PP y PSOE, la perplejidad y la preocupación han sido las reacciones más destacables, el PNV ha declarado en boca de Arzalluz y Anasagasti que a pesar de resultar una gran pérdida, esto no cambiará en absoluto la trayectoria del grupo nacionalista. Algunos medios creen que este cambio político podría acabar con la ambigüedad que siempre acompaña al partido. Otros piensan que se trata de una maniobra política de Imaz para ceder su puesto a su mano derecha, Urkullu, y presentarse al cargo de Lehendakari.

Hay quien teme una radicalización del Partido Nacionalista, a pesar de que el representante del sector más extremo, Joseba Egibar, anunció el 18 de septiembre que no presentaría su candidatura a la presidencia. Los que menos, confían en que Íñigo Urkullu sucederá a Josu Imaz, y que seguirá el camino trazado por éste.
En todo caso, habrá que esperar a diciembre, cuando sea elegido el nuevo presidente ejecutivo en Asamblea General, para conocer el rumbo que tomará el partido.


En el seno del PNV cohabitan dos claras tendencias, una de ellas, la más moderada, ha estado representada hasta su dimisión por Josu Jon Imaz, (seguido de Íñigo Urkullu). Proponen una soberanía compartida con España y Francia; asimismo, creen necesaria la desaparición de la banda terrorista ETA y un consenso con el Gobierno Central para poder realizar un referéndum (sobre la libre determinación del pueblo vasco). Por otro lado, una vertiente más radical con representantes clave como Ibarreche y Arzalluz, busca la total independencia, y considera que el pueblo vasco tiene derecho a decidir, y que un desacuerdo con Madrid no debe impedir una “consulta al pueblo vasco”.


artículo publicado

No hay comentarios: